Las primeras palabras

Pocas personas recuerdan su primera palabra, escrita o leída, aquella que por primera vez les acercó al lenguaje, dándoles el poder de expresar sus sentimientos. No voy a empezar este blog mintiendo, yo tampoco recuerdo esas palabras, pero ojalá pudiera hacerlo, recuperar en mi memoria aquella primera vez en la que tuve la oportunidad de hacer oir mi voz.

Sin embargo recuerdo, recuerdo el primer libro que leí y el primer poema que aprendí, y recité, y te recuerdo a ti, y de todas las personas que están cerca, las que están lejos y las que quedan por marcharse estas primeras palabras tienen que ser tuyas, porque fue tu adiós lo que me dio fuerzas para volver a escribir.

Vivimos tiempos difíciles para soñar, el dinero, la ausencia del mismo, el poder, la crisis, el paro, amenazan con destruir las ilusiones y en momentos como estos hay que ser demasiado inocente o loco para seguir creyendo en la magia. Pero tras las noches de insomnio, por muy largas y oscuras que sean, termina saliendo el sol al día siguiente.

Los niños sueñan con que llegue el futuro, mil profesiones pasan por sus cabezas sin orden ni sentido, con el simple y claro propósito de que llegue pronto mañana y desde ese momento vivimos siempre hipotecando nuestro destino, soñando con lo que seremos, lo que tendremos, lo que viviremos y disfrutaremos. Resulta demasiado repetitivo apelar al ahora, explicar que mientras el día a día se nos pasa en lamentos, se nos está escapando el presente. Pero es tan cierto, tan de verdad, que a menudo lo olvidamos y cuando de repente vuelve a nuestras mentes golpea tan fuerte que te deja sin sentido.

Siempre tuve claro lo que quería y lo que sería, entre todos los juguetes posibles solía elegir los libros, y gracias al mundo de fantasías que los libros y mis padres me ayudaron a construir hoy cuento con una herramienta que resulta fundamental en días como hoy: la ilusión. Este último año se me ha perdido en muchos rincones, y espero que este blog me ayude a encontrarla.

Vuelvo a escribir porque el director de ABC, Bieito Rubido, opina que sobramos la mitad de los medios y la mitad de los periodistas. Cambiarán los ideales, las personas, los gobiernos serán de izquierdas o de derechas, y los niños pasarán de querer ser fútbolistas a soñar con el espacio, pero nunca, jamás sobrarán personas con el don de utilizar la palabra para cambiar el mundo.

Existen cosas que se aprenden y otras que sientes que siempre han estado ahí, y aunque se empeñen en mostrarnos la peor cara del periodismo, si existen historias, héroes, leyendas y noticias es porque alguien estuvo allí para contarlo. Dicen que es en los momentos difíciles cuando tenemos que demostrar que podemos salir adelante.

Cuando llegué a la facultad, con mis dieciocho años y la maleta llena de sueños empecé una carta al futuro que terminé así: Por lo que fue y lo que será, por los sueños que se hacen realidad.

Espero que este blog me ayude y te ayude, noticias que se escapan del poder de los grandes medios, o pequeños actos que cambian el mundo de forma impredecible, historias que son capaces de cambiar vidas, eso es para mi el periodismo, ser capaz cada día de escribir y pensar sin defraudar a esa niña o niño que empezó tu largo camino.

Un libro para recordar: Sheila la Magnífica de Judy Blume